Miguel Huezo Mixco
Estuve de visita en la librería Segunda lectura, situada sobre la 2a. Avenida norte, en el centro de San Salvador. Este lugar ha sido por muchos años un obligado punto de referencia para los amantes de los libros. Don Jesús Castillo Villegas, que la ha mantenido a lo largo de toda una vida, conserva un libro de visitas donde da cuenta de los personajes públicos, intelectuales, políticos y líderes de opinión que han pasado por sus estanterías buscando libros de segunda mano.
Esa librería me procuró enormes satisfacciones. Allí obtuve por unos pocos pesos (en los tiempos en que la moneda nacional era el colón) algunos tomos de los Clásicos Jackson, una extraordinaria y hasta ahora no superada colección de obras de literatura, teatro, historia y moral, así como de biografías y correspondencia de grandes personalidades. La Jackson completa constaba de 41 volúmenes forrados en tapa dura de color verde. Fue publicada bajo la dirección editorial de un distinguido grupo de literatos, entre ellos el maestro Alfonso Reyes. (Por si a alguien le interesa, una colección de segunda mano de la Jackson ahora puede encontrarse en Internet por un precio que ronda los 300 dólares.)
Aprovechando que tuve que ir a realizar unos trámites en la alcaldía municipal, me escapé a la tienda de don Jesús. Mi sorpresa fue enorme. El local original de la tienda fue destruido por un incendio. La zona, además, se ha vuelto peligrosa. Sin embargo, alcancé a mirar muy cerca de allí el rótulo de la librería. Me sentí feliz de encontrarme con don Jesús. Pero su librería ya no es ni sombra de lo que era antes. Apenas hay libros.
La situación de Segunda lectura es otro signo elocuente de la involución cultural que está sufriendo el país. En las últimas décadas se lee cada vez menos, y hay menos libros usados en venta. (En cambio, presumo que el consumo de ansiolíticos ha tenido un crecimiento exponencial.) Antes, cuando había aprietos, la gente vendía sus libros en las "tiendas de viejos" para procurarse unos pesos. Inclusive mis padres se deshicieron de muchos de mis libros en los negocios de compra y venta de usados del parque San José, cuando tener libros en casa era razón suficiente para ir a la cárcel.
Una ciudad sin una buena librería de usados no es una ciudad de verdad. Son célebres las librerías de viejos en ciudades como México, Barcelona o Madrid. El caso se torna más grave si las existentes están dominadas, como aquí, por los best-sellers y las ventas de saldos.
Mi visita a Segunda lectura coincidió con la reorganización de mis libros. Aunque por causa de un robo, cuyos detalles no vienen al caso, mi biblioteca se redujo de manera drástica, he visto en ello la ocasión para organizar también mi vida. Todo es un constante fluir. Organizar los libros es como editar los propios textos: en ese proceso también se enmienda algo de uno mismo.
Así, después de desempolvar y recolocar mis libros en estanterías, llené varias cajas con obras que decidí no conservar y se las llevé a don Jesús. Los temas son variados: novela, poesía, teatro, arte y teoría política; pero también crítica literaria, estética, filosofía, historia antigua y nacional.
Aunque algunos están subrayados y firmados por mi propia mano (dos manías que no he conseguido superar desde mis días de estudiante), en general se encuentran en buen estado. Deseo que aquellos libros, que alguna vez fueron míos, ahora puedan llegar a nuevos lectores a través de las manos expertas de don Jesús Castillo.
(Publicado en La Prensa Gráfica, 4 marzo 2010)
Ilustración: wiki.biensimple.com
Qué hermoso texto, Miguel. Yo también fui a esa librería. Definitivamente no fui a vender, sino a comprar. Vaya joyas que encontré. Yo matizaría y diría que la pobreza que ahora ves en las librerías no es exclusiva de los de segunda mano. Lamentablemente, las librerías en El Salvador tienen una oferta bien pobre. Basta pensar en una de las más grandes y podés ver sus vitrinas llenas de best-seller y autoayuda. Creo, sospecho que la lectura ahora se hace desde otros espacios. Quizás es un momento para pensar en espacios más abiertos y menos élite que los que abrió la cultura letrada?
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarYo me sorprendì de 2a. Lectura porque fui hace como un año para vender un lote de libros en inglès y platicando con don Jesùs me contò que el negocio ahora gira alrededor de los saldos, textos para estudiantes y best sellers. Antes tenìa un inventario muy variado de literatura y buenas obras sobre diferentes temas.
A lo largo de muchos años yo he venido formando mi biblioteca, con unos 2,000 libros en este momento, que es el bien màs preciado que tengo y antes de casarme habìa dispuesto donar a la biblioteca de la UCA pero ahora pienso que serà para el hijo o nieto mìo que demuestre interès.
Querìa comentarte que leì hace poco El Astillero y me gustò bastante; algo del ambiente y de lo no dicho explìcitamente me recordò El Castillo. Yo no soy un lector tècnico sino impulsivo, emotivo, con muchos prejuicios (por ejemplo: no leo nada de V. Llosa, leo todo lo que encuentro de M. Benedetti o Roberto Arlt, etc.).
Un gusto saludarte.
A. Vilches
Señora Martel, no termino de comprenderla. Cuando dice que la lectura se hace desde otros espacios, esto significa que la gente lee en kindle o en la computadora?
ResponderEliminarLos casi único que leen en este país son, y a la fuerceta, los estudiantes. La internet aquí se sigue usando más para el entrretenimiento.
Los libros siguen siendo un mecanismo esencial en sociedades atrasadas como esta, la nuestra.
A menos que usted piense que la "lectura" es ver televisión, no cpomprendo el transfondo de su planteo.
Aclareme, cuáles son esos otros espacios?No será que ha leído teoría y la trata de plicar a la weba?
JLRF
podria por favor proporcionar la direccion exacta de la libreria, algunos externadistas de los años 70 hemos leido su articulo y creemos que don Jesus puede ser uno de los maestros de ingles que tuvimos en secundaria, y nos gustaria visitarlo y ayudarlo en lo posible, gracias
ResponderEliminarSegunda lectura está en la 2a. Avenida norte, dos cuadras al poniente de la Alcaldía municipal de San Salvador (que queda, por si no conocen, queda sobre la Alamenda Juan Pablo II).
ResponderEliminarEstimado o estimada JLRF: Gracias por seguir mi conversación. Cuando hablo de otros espacios pienso, ciertamente, en las distintas plataformas que ha abierto internet para hacer accesible diversas lecturas (algunas fragmentarias). Yo soy profesora de una universidad en El Salvador (un grupo privilegiado) y me doy cuenta cómo los y las jóvenes comparten, comentan e invitan a leer las lecturas que hacen a través de distintas redes sociales. Lecturas de diverso tipo, pero que leen con mucha curiosidad. También me parece interesante cómo transitan en los multilenguajes. De la puesta en escena en el cine de ciertos libros a los libros o al revés. Todas esas son lecturas cruzadas que desgraciadamente no todos los jóvenes pueden hacer. Hay un texto hermoso de Néstor García Canclini que habla sobre la lectura en tiempos del zapping que me parece muy provocador y, como le repito, con mis estudiantes lo veo (http://www.revistaalambre.com/). Hace un tiempo leí precisamente sobre este debate en una nota del periódico argentino La Nación (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1221573&origen=premium). Creo que más allá de lamentar la falta de lectura tradicional, es importante identificar otros medios que alienten la vasta curiosidad y el dinamismo de los jóvenes de hoy.
ResponderEliminarLo de los diversos espacios es muy cierto, lastimosamente en el pais no se encuentran muchos lugares donde poder hacerse con buenos libros algunos ni siquiera pueden encontrarse en las supuestas "grandes librerias" del pais que no son mas que libros de autoayuda los que llenan sus estanterias. Soy parte de un grupo de jovenes salvadoreños que sin querer nos topamos en grupos de literatura en internet y que gracias a los libros digitales hemos podido alimentar ese deseo de conocer, aventurase, divertirse..., lo cual es tambien una lastima por que no es lo mismo que tener entre manos y poder pasar las paginas de un buen libro. Han sido muchas las ocasiones en las que la economia simplemente no da para comprar un libro y claro me veo anclada a leerlo luego en la pc. muchas gracias por dar a conocer esta libreria definitivamente me dare una vuelta por ahi y sin duda saldre con un par de joyitas para ampliar mi biblioteca. Saben de mas lugares donde poder conseguir libros a buen precio?
ResponderEliminarSeñora Roxana, agradezco su respuesta y referencias. Pero, si usted decía primero que hay que pensar en #espacios más abiertos y menos élite#, lo que usted propone en su segunda intervenci´pon es, desgraciadamente, más elitista todavía. Tamos hablando paja.
ResponderEliminarSoy como usted profesor de jovenes y le digo: hacen falta más libros, y nuevos espacios menos elitistas tambien, pero usted aun no me dijo cuales. Al final, resulta que los libros son menos elitistas. Hay mas alfabetizados letrados que alfabetizados digitales, no cree? Las redes sociales o los esapcios de libros electrónicos todavía son, reconozamcos, muy restringidos. Ahora, si nuevos espacios de lectura es también ir por la calle leyendo la insolita cantidad de anuncios, pues bueno, allí podría decirse erróneamente que se está democratizando la lectura en nuevos espacios.
Gracias al Sr. Mixco por sus columnas, y a los que llevan este blog que, pocos podemos disfrutar, excepción en medio de tanta basura politiquera.
JLRF (Sr.)
Estimado JLRF: Como decia en mi post anterior, debemos identificar medios que alienten la curiosidad y el dinamismo de nuestros jóvenes.
ResponderEliminarCuando escribí inicialmente sobre la lectura en otros espacios estaba pensando en distintas maneras de acceder al conocimiento y a distintos saberes que vayan más allá de la cultura letrada. Yo disfruto mucho las bibliotecas y librerías de segunda y primera mano, pero lamentablemente ese disfrute en nuestro país siempre ha sido para sectores privilegiados. Los distintos medios de comunicación abrieron nuevas posibilidades que los alfabetizados letrados hemos explotado bien poco para la democratización del conocimiento.
En eso, los jóvenes nos llevan ventaja.
Una persona analfabeta no podrá sacar mayor provecho de Internet, asi que necesariamente hay mas "alfabetizados letrados" que "alfabetizados digitales". Sin embargo, Internet no constituye un espacio tan élite en El Salvador como pudiera parecer a primera vista. Por ejemplo: Facebook registra hasta el momento mas de 250,000 usuarios que se conectan desde El Salvador! Y 50 mil de esos usuarios han creado su cuenta en apenas los ultimos dos meses! (http://www.facebakers.com/countries-with-facebook/SV/). Si consideramos que un gran porcentaje de las personas que acceden a Internet no crea una cuenta en Facebook, es válido preguntarse si realmente Internet es un espacio de élite en nuestro pais.
Ciertamente, es necesario promover la lectura en el sentido tradicional. Pero no por esto debemos subestimar el impacto y las posibilidades de las tecnologías de comunicación en las nuevas generaciones.
Gracias Miguel por provocar un diálogo tan interesante, casualmente, a través de internet.
Como es que no valoramos en esos tiempos la educacion, y recuerdo que fui a empeñar ( mejor dicho a verder 2 albrejas de Baldor solo por ir a jugar a las maquiniquitas de pac-mac, bueno me creia que eso era facil para mi, ahora veo que si las hubiera conservado les servirian a mis hijos, uno nunca sabe el valor de los libro..en serio no lo valoramos!!!
ResponderEliminarBueno, a ver si me he ubicado bien... Esta librería queda allá por El Diario de Hoy, ¿verdad?
ResponderEliminarExactamente, allí queda... o quedaba...
ResponderEliminar