María Tenorio
A Pablo Ruiz Picasso se le atribuye la frase "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando". Pues bien, muchas veces me ocurre que las ideas de textos para Talpajocote me llegan en momentos de ocio, o cuando voy en el carro, o cuando me estoy dando una ducha, o mientras converso. Las notas a continuación recogen, en pocas pinceladas, lo que podría ser un texto --un post de este blog-- y no lo fue, o no lo ha sido aun.
La casa de nadie. El descuido impera en las áreas verdes de la casa de unos primos, solteros, oriundos del interior del país, que hace años fijaron su residencia en la capital. Una mata de San José --la flor amarilla, estilo campana-- sufre el abandono del lugar donde estos jóvenes se asentaron para continuar sus estudios a nivel universitario. Mi lectura es que sus habitantes ven esa casa como un mero sitio de paso, por ello no se preocupan por la apariencia de su exterior (como no la conozco por dentro, no puedo emitir juicio al respecto).
Toto, el internauta. Por años se ha resistido mi padre a navegar en el ciberespacio y a entrar en el mundo de las computadoras, pero recientemente ha descubierto los encantos de guglear y explorar territorios virtuales. La semana pasada me produjo profunda emoción cuando, en mi bandeja de entrada, vi que me había respondido un correo por primera vez en la vida. Su nieta de 5 años le ha advertido que corre peligro de volverse adicto a la computadora. Sin duda este nuevo quehacer le robará algo del tiempo que siempre ha dedicado a los libros.
No más lágrimas. Comentario al documental "Mujeres en el camino" (2010) de Marcela Zamora, que trata sobre varias migrantes en ruta hacia los Estados Unidos. El video, producido por Ruido Photo y El Faro, no ahorra expresiones ni personajes conmovedores de modo tal que la audiencia queda, al final, llorosa y muda. Como el célebre "La vida loca" de Christian Poveda, esta producción recurre solo a las voces de los personajes para narrar sus historias (quizás demasiadas). Las pantallas con texto que completan la información están llenas de pequeños errores: les falta corrección de estilo (como es mi oficio, no pude evitar ejercerlo, incluso entre las lágrimas).
Me cuesta creerle a Phyloel. Buscando materiales en la red sobre cómo hablar en público, di con varios blogs del dr. Phyloel, un bogotano que se presenta como coach en seducción, relaciones de pareja y crecimiento personal. Además su perfil de Blogger dice que es filósofo y psicólogo. Si bien tantos títulos me llevan, de entrada, a desconfiar, debo admitir que los materiales de su blog "Proyecto Héroes" me serán de utilidad para enseñar tips básicos de oratoria en el siglo XXI.
Cuando yo sea minimalista. Equivale casi a decir, cuando me convierta en otra persona. Crecí en un entorno barroco: mi madre nunca ha dejado paredes en blanco o mesas sin manteles y decenas de adornos. Cuando monté casa propia reproduje, aunque con menor profusión, lo que vi y aprendí desde niña. Pero a veces persigo el ideal de despejar mi entorno de tanto chunche; según yo eso sería volverme minimalista. ¿Lo haré algún día? ¿Resistiré las paredes blancas, las esquinas sin mesas, los espacios vacíos?
Perfiles de Facebook. La conocí en ambiente de oficina e ignoraba por completo sus inclinaciones maternales tan acendradas. ¿Me importa acaso saber que su hijo se pasó anoche a dormir a la cama con ella y su marido? Aunque he tenido deseos de ocultar sus publicaciones en Facebook, mis instintos voyeuristas me lo han impedido. Cuando ella comenta detalles íntimos de su familia, ¿será consciente de quienes somos sus receptores? Cada vez que posteamos algo --una foto, un enlace, un comentario en el muro-- estamos construyéndonos una imagen que puede ponernos en ridículo o contradecir lo que otros piensan sobre nosotros.
Ilustración: "La silla de Gaugin", por Vincent Van Gogh
María, tenés razón con la viñeta del feis!! No sabés cuántas veces me he quedado admirada de perfiles y actualizaciones de estados. Está en tremenda tensión el clásico dicho "caras vemos, vidas no sabemos" porque ahora podremos saberlo cada vez por más medios. Ya no es de los vecinos que hay que desconfiar, sino de lo que uno mismo publica. Freud estaría fuera de base hoy por hoy! Gracias por compartirnos esas ideas escurridizas para tus post.
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