María Tenorio
Un color naranja fresco y apetitoso cubre los nueve relatos que incluye Elena Salamanca (San Salvador, 1982) en su primer libro. Último viernes nos conduce por anécdotas de personajes que me recordaron mi vida y otras vidas. Nos sitúa en nueve escenarios distintos y distantes desde sus 94 páginas que puso en papel y tinta la Distribuidora de Publicaciones e Impresos, DPI, en su colección Nueva Palabra.
El cuento "más antiguo" es el titulado "La desafinada canción de Rolando", parodia de una confesión del sacerdote Césare Sabboesso Mare de la Cisterna e Fiore ante el tribunal de la Santa Inquisición en 1423. Con fino humor Elena reúne una amalgama de anacronismos voluntarios y referencias al imaginario de la historia europea en un relato situado en la Tierra de los Ángeles, denominación que da a la actual Inglaterra.
Otro cuento que marca un momento histórico sin decirlo explícitamente es "Yemayá", narración muy sentida de denuncia social. La historia de Yemayá y su abuela transcurre en 1932 en algún lugar occidental del país donde la autoridad "visitaba" las humildes residencias de los campesinos en cacería de indígenas y "comunistas".
Algunos cuentos construyen escenarios más urbanos, como es el caso de "Ángelus dominicus walking down the citizen nominis tu is becoming better", cuyo protagonista vive en el pasaje Guirola, en San Salvador, o "Certezas de él", que transcurre en el espacio doméstico de la pareja y en consultorios médicos de alguna ciudad del mundo occidental.
Los relatos de Elena narran momentos clave de la vida de sus protagonistas: son historias de liberación, de muerte o de toma de conciencia que marcan un antes y un después. La existencia de los personajes no es igual después del punto y aparte que cierra cada cuento. Hombres y mujeres --muchas veces emparejados o desencontrados-- son puestos al borde, en experiencias límite, que los llevan más allá de sus neurosis y sus obsesiones, definiendo el sentido de su trajinar por este mundo.
"Certezas de él", "Yemayá", "'V'" y "La desafinada canción de Rolando" son mis cuentos favoritos de esta primera colección que publica Elena. Los cuatro están marcados por la presencia y la actuación de mujeres (y, a veces, hombres) fuertes que se terminan haciendo cargo de sus vidas, o de sus muertes, luego de atravesar momentos difíciles, confusos o de enorme emotividad.
Si le suena familiar a usted el nombre de Elena Salamanca será porque habrá leído alguno de sus reportajes en la extinta Revista Dominical o en la sección cultural de La Prensa Gráfica o bien en la reciente publicación Séptimo Sentido. La joven periodista publica su primer libro luego de haber sido distinguida con varios premios literarios (Concurso del Instituto de Derechos Humanos de la UCA, 2003 y 2004; Juegos Florales de Ayutuxtepeque, 2004; Premio Nacional de Medio Ambiente en prensa escrita, 2005). Además fue finalista del premio Alfaguara El Salvador 2004 de novela con su título Pan y leche, aun inédito. Ojalá pronto veamos otro título de Elena.
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