Los poetas constituyen una comunidad del pasado. Sus rituales de creación se vienen repitiendo con pocas variaciones a lo largo de los siglos. Ininteligible, incomprensible e inútil son palabras que suelen encontrarse en el vocabulario de quienes miran las construcciones poéticas con extrañeza. Pero como los perros, capaces de anticipar con ladridos una inminente calamidad, el poeta es uno de los primeros en captar los desgarramientos que se producen en el espíritu de una época.
El poeta, contra lo que dicta una parte de esa extravagante comunidad, ni es un pequeño Dios ni un Elegido. Esas son puras fanfarronadas. Su oficio en realidad es modesto. Hölderlin llamó a la poesía "la más inocente de todas las ocupaciones". Su reino --o su república, si se prefiere-- es el lenguaje. El poeta no es sino un “mono gramático”. Como dijo Octavio Paz: su amor “a la vida obliga a desertar la vida; su amor al lenguaje lo lleva al desprecio de las palabras; su amor al juego conduce a pisotear las reglas, a inventar otras, a jugarse la vida en una palabra”.
En ese ejercicio milenario está empeñada una legión de nuevos poetas nacidos entre 1970 y 1980. Algunos de ellos están reunidos en “Las otras voces” (DPI, 2011), un libro que he leído con agrado y una renovada sorpresa. Lya Ayala, Roxana Méndez, Claudia Meyer, Krisma Mancía, Lauri García Dueñas, Róger Guzmán, Laura Zavaleta, Rebeca Henríquez y Vladimir Amaya constituyen ese apretado pelotón de perros que nos informa sobre la irrupción de un nuevo tiempo. O, mejor, como lo dice Guzmán, de que ya no hay tiempo. Que la era de las certezas tocó a su fin, que ahora es el turno de los confundidos.
Como conjunto, “Las otras voces” constituye una muestra del clamor de nuestros poetas más tiernos, y de la determinación y disciplina con la que asumen la más modesta de las ocupaciones sobre la Tierra.
Aunque me resulta impensable concebir que alguno de ellos se afinque en alguna tradición nacional, me tomaré el atrevimiento de especular que estos nueve poetas están tan cerca de Alfonso Kijadurías como de Roque Dalton. Lo mejor de nuestros dos poetas-símbolo reverbera en esas nueve nuevas voces.
Entre todas quiero destacar, esta vez, los poemas de Krisma Mancía, cuya trayectoria he seguido desde que publiqué su primer libro “La era del llanto”, en 2004, cuando ya se revelaba como una prometedora escritora.
Desde entonces para acá la poesía de Krisma ha seguido evolucionando. Acaba de cumplir los 30 años. Si los dones existen, Krisma fue beneficiada con el de la poesía. Sus poemas revelan los diferentes registros que ha alcanzado su voz. Va, como sin esfuerzo, de la euforia al llanto, de la sombra a la luz, de la confidencia a la declamación. Parece escarbar con morbo y sensualidad en una herida que no sabe bien por donde le sangra y duele.
Su poema “Ofelia se levanta con la música de las máquinas”, es parte de un poema mayor, “Viaje al imperio de las ventanas cerradas”, publicado en Barcelona (2006), basado en el pasaje de “Hamlet”, cuando Ofelia, enloquecida, canta antes de morir ahogada. La locura de Ofelia dialoga, a su vez, con otro personaje cardinal en la poética de Krisma: Alejandra Pizarnik, la suicida, maestra de la poesía como revelación de la experiencia propia.
Es el infierno, quizás, la palabra más frecuente en la obra poética, publicada e inédita, de Krisma Mancía. Infierno de imágenes, de dudas. Es la fruta podrida que rodea nuestro jardín. Y que está presente, como ella dice, hasta “en la mejor sonrisa”.
Publicado en La Prensa Gráfica, 10 de noviembre de 2011
Rimbaud escribió lo siguiente: 'Merde pour la poésie' (o en salvadoreño: 'Poesía, mierda cholera'). Y no obstante el repudio e indiferencia por la poesía que trasluce este verso, con él, también se alcanza tanto la gloria de la verdad poética como aquello que quiere comunicarnos a través de sí. Por esto, ¡cómo no alegrarse de que se publiquen buenos libros de poesía.!
ResponderEliminarEl blog de Krisma y el de Lauri me llevaron a sus libros. Algunos de los otros antologados los he leido por aquí y por allá; incluso en libros. Dudo que la obra de estos autores consume la transición que separa la ofensa de la confusión. No es así de sencillo. La modernidad (la erosión de la intimidad) cala duro en estos poetas, pero asimismo el anhelo de recluirse en aquel pasado donde la certeza, que sí bien ya solo se pudre, alcanza a seducirlos aún.
El jardín bíblico y el jardín de Mirbeau, la santidad y la blasfemia, el paraiso y el infierno, no son todo lo bueno ni todo lo malo que suele pensarse, es más, se corresponden; pero esto, Krisma lo sabe. Mas ya lo dijo W. Blake en su Canto de Inocencia y Experiencia: 'Hay un camino a través del infierno'; pero a esto, Krisma parece termerle. El camino que siguen las Ofelias, ya sean locas, suicidas o asesinas (como la del manga 'Claymore'), no sirve para atravesar la duda. El de Ofelia es un sendero de certezas; hermoso, pero demasiado seguro. Me gusta la poesía de Krisma porque de manera grave a veces, eufórica en otras, mas incidental al cabo, me recuerda que 'ahí donde reside el peligro también crece la salvación' (Hölderlin dixit).
Permítame una fanfarronada, Miguel. Pienso que el libro preciso para adentrarse en la contradicción y la dificultad de la poesía, es, 'Über die Verfahrungweise des poetischen Geistes', de Friedrich Hölderlin. Y apegado a lo dicho en este texto fundamental, le digo Miguel que las inquietantes connotaciones que adquiere la sentencia de que la poesía es 'la más inocente de todas las actividades', de ninguna manera dejan al poeta como mero 'mono gramático'; algo de esto hay, y de hecho el díctico de Paz lo escupe a cabalidad. Hölderlin decía que, en el acto poético el lenguaje sirve para nombrar a los dioses (o sea, que el lenguaje existe en sí mismo como un ensamble de sonidos, cadencias, métricas; y como tal y a través de la unión de las fuerzas que lo simbolizan, se revela asimismo como fundamento tanto de las cosas como de la realidad humana), lo cual en efecto requiere de mucha modestia y regodearnos con nuestra naturaleza instintiva primigenia, pero además de una enorme voluntad demiúrgica.
En un par de libros bastante rebuscados leí, que Hölderlin afirmaba que los poetas occidentales solo sueñan con la originalidad y la autonomía, cuando de hecho se encuentran en estado de servidumbre hacia la antiguedad. Y en esto consiste la infidelidad de los dioses hacia los hombres. Sin embargo, F.H. impele a los poetas a traicionar a los dioses, pero de modo sacro. El sitio en el que surge la palabra poética es precisamente el de esta traición. Vaya que son de vasto alcance las posibles interpretaciones de todo lo anterior. Por lo pronto y en lo corto, yo solo espero el día en que al fin un poeta traicione, de modo sacro, a Kijadurías y a Dalton.
La locura de Hölderlin me parece tan...tierna.
Gracias por tu comentario, muy ilustrativo. Merecería un diálogo. Mientras llega la ocasión me adelanto a decirte que Kijada y Dalton ya han sido sacramente traicionados, por suerte.
ResponderEliminaro sea men que nos queres decir que la tipa es tendencia suicida como la alejandra no se quien y que algo asi como que le copio algunas metaforas lo mismito que hizo el dalton de chaveliar poemas en praga que nadie entiende que quieren decir porque dicen que siempre estaba bien a pichinga dandole a las cerchas en la taberna y en otros lugares y volviendo a las poetisas hay un club de poetisas suicidas que se suicidaron para hacerse famosas a lo mejor no conocieron a bukoski que decia que primero le enseñaran las piernas para saber si eran buenas poetisas
ResponderEliminarsalu !!!
en el comentario anterior ya no pude seguir escribiendo, sigo aqui:
ResponderEliminarla onda es que esta bien que esos cipotes escriban poemas y no importa que sean poemas poemas buenos o malos o copiados o imitados o exorcisantes de sus fantasmas, es mejor esa onda de suicidas y "diarios del clitoris", a que escriban panfleto incitando al odio
oseya que apreciemos sus piernas como dijo bukoski -ehhhhh je,je, quise decir que apreciemos su poetica donde la tengan, pero que no se suiciden, con tanta onda bien chiva que hay en la vida
hay varias chavas poetisas que me gustan o sea me gustan sus poesias, estan bien buenas, o sea estan bien buena sus poesia, yo las pondria a parir cada año, bueno las pondrias a parir un libro cada año
tambien hay un revergo de chavas y chavos que se dedican a imitar, como una chava que le dicen supercapitalina, la onda es que copypaste a benedeti y los llamados vangardias
pero esos otros chavos originales ojala que sigan publicando y vayan a los tacos de paco a leer sus poemas alli les comprare sus libros con todo gusto
como no me he presentado pues yo tambien soy pueta solo que mi onda es la erotica, ya lueguito saco mi libro y lo presento en los tacos de paco, poemas con fotos incluidas
y como dije no tuve tiempo de terminar el comentario porque escribo en la compu de la oficina y aparecio el jefe
eso es lo turbio de las ong, los jefes son bien yucas como que si jueran sargentos encambio en la empresa privada los jefes dan chance de usar la compu despues de la salida de trabajo
bueno gente, hasta la proxima:
Toribio
escritor malditazo
el Anonimo Toribio líneas arriba debe ser el jefe de alguna capilla de misóginos. escribe tan mal que da risa.
ResponderEliminardel diccionario de un mojigato:
ResponderEliminarmisogino= alguien que escribe tan mal, y ademas, da risa
amo la belleza femenina:
como estas cubanas
5/5 Salvados concierto de cuba 27-09-2009
www.youtube.com/watch?v=0VwEii3b2M4
me despido gente: hasta el proximo año
voy de viaje, hay les cuento a mi regreso
Toribio
Estos poetas recurren a un hermetismo que no les sitúa, ni siquiera, en las lindes de una tradición poética como a la que adscribieron Kijaduría o Dalton. A mi juicio, esta es una generación sin rumbo, de la imagen rimbombate, llena de exesos barrocos, la cualqueda debiendo al lector la capacidad de emocionarle como realmente lo hace la gran poesía.
ResponderEliminarjoder tios si yo soy poeta escribo lo que la santa gana se le pega a las musas.
ResponderEliminarSi las musas estan borrachas ni modo, si las musas les da por decir misa, igual. Que sea gran poesia o que sea minimalista que importa. Yo escribo no para quedar bien con nadie. Decime si acaso en la Constitución o en el Codigo penal esta escrito que tengo que imitar a QuijadaUrias y a Dalton, aparte que esos tios son hiperaburridos. Los mediocres y los borregos se dedican a imitar tradiciones. Los espiritus libres somos los que innovamos.
Felicitaciones para Krisma.
ResponderEliminardon michel cuentese un par de pasadas de cuando uste era poeta joven y leia poemas en los institutos donde dicen que las bichas de bachillerato se le colgaban de la camisa y le daban grandes amasadas y cuando estudiaba en la u y cuente de las tertulias del club de poetas malditos de san salvador que se reunian en el bella napoles y en la prabiana y se iban a media noche a ponerle serenata a las novias y que se armaba la aulladera de chuchos por todo san salvador
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