miércoles, agosto 05, 2009

Las becas son una maravilla

María Tenorio

Tuvo que juntar muchos papeles para aplicar a una estancia literaria de cuatro meses en México. Entre el material publicado --un libro y una selección de materiales periodísticos--, el inédito y el "en proceso", el dosier se hizo bastante grande. Pero el trabajo de selección que hiciera mi amiga Elena Salamanca no fue en vano: en unos días se va al vecino grande del norte becada para terminar de escribir una novela. A cambio dará un curso de redacción a jóvenes de escasas oportunidades. El FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) de México, y la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) se encargarán de su manutención prácticamente por el resto del año.

Las becas son una maravilla, me dije cuando supe la noticia. Por lo general juntan a personas afines en lugares más o menos interesantes que, de otro modo, uno no conocería. Permiten que uno dedique sus energías a la actividad subvencionada --sea la creación artística, los estudios, la investigación académica-- sin preocuparse por ganar el pan de otra manera. Son una especie de paréntesis vital que lo aleja a uno de su ambiente, y lo coloca en una situación extraordinaria, de duración limitada y, por ello, más disfrutable o menos sufrible. Además, las becas suelen lucir muy bien en las hojas de vida, dignificando el propio oficio, y colocándolo a uno por encima de los colegas que carecen de esa gracia.

Las oportunidades de becas proliferan en este mundo interconectado. Las ofrecen los gobiernos, los organismos internacionales, las empresas privadas, las fundaciones sin fines de lucro, las universidades. La mayoría de las veces ni cuenta nos damos de las convocatorias que están abiertas. Las becas pululan como los ácaros que suelta la almohada en que dormimos: activas, pero invisibles. Buscarlas demanda trabajo. Solicitarlas, también. Ganárselas, mérito, suerte y haber completado los requisitos, muchas veces fastidiosos e interminables.

No menos engorroso fue el proceso en que, como les contaba al inicio, se embarcó mi querida Elena cuando juntó los papeles para solicitar esta beca. Ahora, dice ella en Las Güeltas, este premio es su libertad. Que la disfrutés, que la aprovechés, que escribás.

¿Dónde buscar becas?
Comience en http://www.becas.com

Foto: Monumento a la Libertad, Museo de Arte de El Salvador (MARTE)

1 comentario:

  1. te doy toda la razón... son oportunidades imperdibles y facinantes... hace tres años y medio estoy en Brasil y termino a finales de 2010... creo que han sido los años más gratificantes en mi vida....

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