María Tenorio
El dicho de "quien mancha pared y mesa da a conocer su bajeza" no siempre es verdadero. Hay quienes manchan sus propios muros para dar a conocer su negocio. Esa es la lógica de la gráfica popular comercial que nos cuenta lo que se hace y se vende, en pequeño o en mediano, en ciudades y pueblos, y que convive en las calles con las manifestaciones publicitarias formales.
Me refiero a la enorme variedad de figuras y letras pintadas a mano, o con escasa ayuda de tecnología, que ofrecen productos y servicios en establecimientos de todo tipo, desde pequeños colegios hasta agroservicios y comedores pasando por salones de belleza y panaderías. El calificativo de popular deriva, en parte, de ser obra de autores anónimos, no profesionales o autodidactas. Se opone, así, al producto visual elaborado por diseñadores gráficos y gestionado por agencias de publicidad.
Si bien tendemos a asociarla con el pasado, la gráfica popular sigue vigente dándole carácter y colorido a nuestro entorno urbano. Me atrevo a afirmarlo porque en los muros de San Salvador y otras ciudades del país no solo veo dibujos desvanecidos y viejos, sino también brillantes y nuevos, con pinturas recién aplicadas. Y es que resulta una opción menos costosa que los letreros formales porque se graba --como el grafitti-- en superficies existentes. En precio competirá, quizás, con los banners o las mantas, pero los supera por su permanencia.
Este tipo de arte no está desconectado de otras manifestaciones ni "avances". Tampoco es siempre tan "naif" ni tan completamente hecho a mano alzada. Así como el arte pictórico --lo que hoy se llaman las artes visuales-- convive y se ayuda de la fotografía y la tecnología digital, la gráfica popular también se combina con el esténcil y con otras tecnologías. No creo que esto la desnaturalice o lo agote; simplemente la transforma.
Recientemente la cooperación cultural española ha puesto sus ojos en la gráfica popular con el proyecto global "Tutti Frutti". Su intención es construir un registro fotográfico de esas imágenes creadas para fines comerciales en los espacios urbanos de diversos países. El Salvador es uno de los elegidos para entrar en el archivo. Este mes que concluye el Centro Cultural de España en San Salvador presentó la exposición "Cacherías de la gráfica popular salvadoreña", con fotografías de Cristian González. Vale la pena acercarse a la colonia San Benito para disfrutar de la riqueza de imágenes exhibidas, que se me hace difícil describir aquí más allá de contarles que son pintorescas, burlonas, alegres o incluso exóticas.
Talpajocote se une al tutifrutismo presentando hoy una selección de fotos de rótulos comerciales tomadas por nosotros. Disfrútenlos.
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