Hablar inglés se ha convertido para los salvadoreños en uno de los principales mecanismos de movilidad social. Si hoy se hiciera un nuevo “mínimum vital”, como el de Alberto Masferrer, enseñar a hablar, leer y escribir el inglés debiera incluirse entre las necesidades básicas de los salvadoreños.
Aunque algunos visionarios consideran que el idioma del futuro es el mandarín (porque en unas pocas décadas China será la principal economía del mundo), para los salvadoreños el inglés representa mucho más que un mecanismo para conseguir trabajo o acceder a oportunidades de estudio.
Hasta hace unas dos décadas hablar en inglés era un distintivo social de las clases adineradas. Era el idioma de los “mandarines” criollos. En sus fiestas se hablaba, y se habla, en inglés. Algunos todavía conservan la costumbre de reñir a sus hijos en inglés, por teléfono y a gritos, a mitad de un supermercado.
Las cosas han cambiado. Ahora se escucha a familias enteras alternándose entre los idiomas español e inglés (o una forma dialectal de ambos) en las plazas o comedores del interior del país. Una encuesta realizada en 2005 con migrantes en el aeropuerto internacional revelaba que en El Salvador 10 de cada cien familias utilizan el inglés en el seno de sus hogares.
En muchos casos, el inglés ha pasado a sustituir completamente al español. Ahora, hasta el más distraído se da cuenta de la cantidad de anuncios en inglés que se miran por todas partes. Establecimientos para el alquiler de vehículos (rent a car) o para la fabricación de carteles (banners), nombres de restaurantes, salones de belleza (beauty salon), talleres de mecánica y ventas de llantas, prefieren identificarse en inglés.
Las empresas que operan en el país bajo el régimen de franquicias introducen cada vez más nombres y expresiones en inglés. En los cines no se escribe “salida de emergencia”, sino “emergency exit”. En algunos colegios privados los avisos a los padres de familia (“parents”) ya se dejaron de escribir en español. Los animadores de programas de videos musicales (“video clips”) salpican sus, por lo general lamentables, intervenciones ante cámaras con cualquier cantidad de expresiones en inglés.
Así sea una venta de pollo frito o el nombre de un colegio para niños, todo, o casi todo, se vende mejor si se anuncia o se nombra en inglés. Ya no se mira bien desear un feliz año nuevo, sino un “happy new year”. La alegría se convirtió en “joy”. La navidad, en “Christmas”. Y El Salvador, en un país bilingüe.
Un poco a la fuerza, otro poco por necesidad y otro porque hoy la cultura de El Salvador es una producción transnacional, ya no tiene caso lamentar la presencia de la lengua inglesa en nuestra vida cotidiana. En países como el nuestro, el futuro de la poesía, tan carente de sorpresas y tan aburridora, probablemente conocerá un nuevo esplendor gracias a las novedades que ofrece la mezcla de ambos idiomas.
No sé qué pensarán los miembros de la Real Academia de la Lengua, pero creo que ellos, y otras entidades similares, como el Ateneo, debieran dar un paso adelante y promover una ordenanza, un decreto, yo no sé, que nos obligue a anunciar, vender y comunicarnos también en español. Y que se sumen a la causa de quienes promovemos que El Salvador, si ahora todavía no es un país bilingüe de manera oficial, pase a serlo, y pronto... antes de que China venga a decirnos que ya es tarde.
Publicada en La Prensa Gráfica, 27 de diciembre de 2007
no tiene sentido legislar imponiendo un idioma a los savadoreños por decreto.
ResponderEliminares parte del inconsciente colectivo el cambio de idioma y somos hábiles en eso.
según entiendo los pipiles impusieron su nahua sobre la población original maya, que seguro había impuesto su lengua a pueblos anteriores...
aprendimos español en un período históricamente breve hasta llamarlo en el siglo 20 "idioma nacional", que así lo estudié de niño.(cosa que no lograron otros pueblos invadidos)
el inglés no llegará a categoría de "national language", por ser cultura fugaz, en rápida decadencia. no tuvo los casi 500 años que tuvo españa.
los estratos sociales que controlan la economía, siempre necesitados de una lengua franca, ya se preparan para que sus herederos hablen chino mandarín. el anterior "principal" de la upper school en la escuela americana fue elegido entre varios candidatos por hablar chino y venir de dirigir la escuela aemricana de taiwan.
el mandarín es desde hace varios años materia del curriculo.
el pueblo salvadoreño sabe que cotra la economía no se puede y hay que dejarse llevar por sus corrientes.