Miguel Huezo Mixco
Centroamérica es una ficción. Una hermosa ficción. Existe como un archipiélago arrojado entre los mares del encanto y el desencanto. Dos antologías de poesía y cuento vienen a actualizar aquella ficción tan antigua como un reino. Los libros se presentarán el próximo 21 de marzo en San Salvador, en el Centro Cultural de España, con la presencia de Sergio Ramírez, su compilador.
Los dos volúmenes titulados “Puertos abiertos” (cuento) y “Puertas abiertas” (poesía), fueron publicados por la prestigiosa editorial mexicana Fondo de Cultura Económica (FCE). Los libros fueron lanzados en diciembre del año pasado en un ambiente inmejorable: la Feria Internacional del Libro (FIL), de Guadalajara, el evento editorial más importante en lengua española. Aquel acontecimiento, sin embargo, fue el secreto mejor guardado por los grandes medios de prensa de El Salvador.
El trabajo realizado por Sergio Ramírez ha sido colosal. No solo por el compendioso trabajo de seleccionar y desechar autores, sino también por su capacidad de persuadir al Fondo de lanzarse en una aventura como esta en una región donde cada vez se leen y se compran menos libros y la ignorancia se hace con todo el poder. Luego, por haber urdido una operación editorial, en la que participaron revistas y periódicos de México y España, destinada a abrirle espacio a las voces del istmo a través de la Feria de Guadalajara.
El empeño de Sergio no es nuevo. Con un espíritu mitad zoólogo y mitad “gold digger” el autor de “El reino animal” produjo la “Antología del cuento centroamericano” (1973), obra diversa y dilatada como un bestiario tropical, que comenzaba con Francisco Gavidia y terminaba con Julio Escoto. “Puertos abiertos” y “Puertas abiertas” son una continuación de aquellos afanes.
El mayor atrevimiento de Ramírez es, sin embargo, la ficción de mirar a Centroamérica unida no por la brutalidad de los ejércitos o los mercados, sino por la imaginación. “La literatura”, escribe, “no deja de ser nunca una emanación imaginativa de la realidad”.
Para hacer la selección Ramírez se impuso como criterios, primero, que los autores dieran muestras de calidad literaria, y, segundo, que estuvieran vivos. Inesperadamente, se produjo una injusticia inevitable: dos sobresalientes autores, el poeta Francisco Ruiz Udiel y el narrador Rafael Menjívar Ochoa, fallecieron cuando los libros estaban por irse a la editorial. Ramírez aplicó el segundo criterio con todo rigor. Así, al mapa de la región le faltan esos dos caminos.
Los incluidos son un auténtico batallón de autores, que desfilan a un promedio de diez poetas y narradores, ordenados por país, cronológicamente, de norte a sur. Su tentativa habría sido más audaz si hubiera prescindido de las nomenclaturas nacionales. Los libros suman 916 páginas: 480 de ellas corresponden a los poetas y 436 a los narradores. Allí se agrupan 159 escritores de los cuales únicamente 23 son mujeres. Los mayores son Claribel Alegría y Ernesto Cardenal. Los más cachorros: Javier Alvarado y Mayra Oyuela.
“Puertos abiertos” y “Puertas abiertas” son una muestra de la diversidad creativa de una región que, salvo excepciones, permanece invisible en el mundo de la literatura. Son antologías del siglo XXI que muestran la compleja (in)existencia de la Centroamérica de nuestros días.
Si hubiera una oración cívica a Centroamérica esta tendría que hablar de islas de modernidad asoladas por mares de miseria, de parajes donde malviven fortunas obscenas al lado de una pobreza medieval, y la inteligencia y la pasión al lado de la estupidez y el miedo. De ello nos hablan los poetas y cuentistas reunidos en estas dos antologías.
(Publicado en La Prensa Gráfica, 14 de marzo de 2012)
Los dos volúmenes titulados “Puertos abiertos” (cuento) y “Puertas abiertas” (poesía), fueron publicados por la prestigiosa editorial mexicana Fondo de Cultura Económica (FCE). Los libros fueron lanzados en diciembre del año pasado en un ambiente inmejorable: la Feria Internacional del Libro (FIL), de Guadalajara, el evento editorial más importante en lengua española. Aquel acontecimiento, sin embargo, fue el secreto mejor guardado por los grandes medios de prensa de El Salvador.
El trabajo realizado por Sergio Ramírez ha sido colosal. No solo por el compendioso trabajo de seleccionar y desechar autores, sino también por su capacidad de persuadir al Fondo de lanzarse en una aventura como esta en una región donde cada vez se leen y se compran menos libros y la ignorancia se hace con todo el poder. Luego, por haber urdido una operación editorial, en la que participaron revistas y periódicos de México y España, destinada a abrirle espacio a las voces del istmo a través de la Feria de Guadalajara.
El empeño de Sergio no es nuevo. Con un espíritu mitad zoólogo y mitad “gold digger” el autor de “El reino animal” produjo la “Antología del cuento centroamericano” (1973), obra diversa y dilatada como un bestiario tropical, que comenzaba con Francisco Gavidia y terminaba con Julio Escoto. “Puertos abiertos” y “Puertas abiertas” son una continuación de aquellos afanes.
El mayor atrevimiento de Ramírez es, sin embargo, la ficción de mirar a Centroamérica unida no por la brutalidad de los ejércitos o los mercados, sino por la imaginación. “La literatura”, escribe, “no deja de ser nunca una emanación imaginativa de la realidad”.
Para hacer la selección Ramírez se impuso como criterios, primero, que los autores dieran muestras de calidad literaria, y, segundo, que estuvieran vivos. Inesperadamente, se produjo una injusticia inevitable: dos sobresalientes autores, el poeta Francisco Ruiz Udiel y el narrador Rafael Menjívar Ochoa, fallecieron cuando los libros estaban por irse a la editorial. Ramírez aplicó el segundo criterio con todo rigor. Así, al mapa de la región le faltan esos dos caminos.
Los incluidos son un auténtico batallón de autores, que desfilan a un promedio de diez poetas y narradores, ordenados por país, cronológicamente, de norte a sur. Su tentativa habría sido más audaz si hubiera prescindido de las nomenclaturas nacionales. Los libros suman 916 páginas: 480 de ellas corresponden a los poetas y 436 a los narradores. Allí se agrupan 159 escritores de los cuales únicamente 23 son mujeres. Los mayores son Claribel Alegría y Ernesto Cardenal. Los más cachorros: Javier Alvarado y Mayra Oyuela.
“Puertos abiertos” y “Puertas abiertas” son una muestra de la diversidad creativa de una región que, salvo excepciones, permanece invisible en el mundo de la literatura. Son antologías del siglo XXI que muestran la compleja (in)existencia de la Centroamérica de nuestros días.
Si hubiera una oración cívica a Centroamérica esta tendría que hablar de islas de modernidad asoladas por mares de miseria, de parajes donde malviven fortunas obscenas al lado de una pobreza medieval, y la inteligencia y la pasión al lado de la estupidez y el miedo. De ello nos hablan los poetas y cuentistas reunidos en estas dos antologías.
(Publicado en La Prensa Gráfica, 14 de marzo de 2012)
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